Diana Patricia y demás compañeros, feliz fin de semana.
Subo mi Mapa conceptual de Estética, documento definitivo, salvo las observaciones y críticas de mis compañeros; incluyo un fragmento tomado del texto Fundamentos de filosóficos de la Estética, incluído en los Recursos Generales de la Webquest, como reflexión final de nuestro trabajo.
Gustavo Galindo Hernández - Cead Zipaquirá |
Un abrazo cordial.
Gustavo Galindo Hernández
Cead Zipaquirá
“Antes de este momento, el hombre primitivo veía la
naturaleza como un cuerpo no orgánico que le pertenecía (10), de modo que este
hombre instintivo no se destaca a sí mismo de la naturaleza (11). Pero cuando
ya el hombre diferencia su actividad intelectual de su actividad física y se
forma un ideal social, como algo objetivo, que se encuentra fuera de los
hombres individuales, entonces el hombre deja de ser un ser instintivo (deja de
comportarse según los instintos) y empieza a comportarse según ideales.
El ideal mediatiza la conducta humana. El animal (y el hombre
instintivo) se comporta según un programa muy simple. Ante un estímulo se
obtiene una respuesta muy determinada. Su psiquismo lo hace moverse en el
sistema "estímulo-respuesta". El hombre que idealiza su actividad mediatiza
su conducta. El esquema en este caso es "estímulo-ideal-respuesta",
de modo que a un estímulo dado no se obtiene una respuesta predeterminada de
antemano. El ideal determina la respuesta (y no el instinto).
En un inicio este ideal social era muy rudimentario.
Pero así y todo contenía los elementos esenciales de lo estético, aunque con un
sincretismo de los otros elementos de conciencia, los elementos que más tarde
devinieron en formas de la conciencia social. El ideal es, esencialmente, un
fenómeno estético, o es lo estético (objetivamente existente) el componente
fundamental de este ideal. El desarrollo ulterior de este ideal es el
desarrollo, entre otras cosas, de lo estético.
Las categorías de lo estético (no sólo lo bello y
lo feo, sino también lo sublime, lo ridículo, lo trágico, lo cómico, lo
heroico, lo vil, etc.) son el fruto de un largo desarrollo social. No es que estas categorías se
encuentren instaladas únicamente en la conciencia individual (como muchos
creen), sino que existen objetivamente plasmadas en el sistema de las
relaciones sociales. Ellas son las formas en que existe plasmado el ideal
social (fundamentalmente el ideal estético) en la sociedad. Estas categorías
estéticas existen plasmadas y objetivadas como relaciones sociales, son
conceptos hechos sociedad.
De aquí lo difícil que es definir estas categorías
(darles una determinación racional). Estas categorías existen plasmadas como
valores en el sistema de relaciones sociales, y sólo se pueden aprehender (en
lo fundamental) en la interacción social con ellas, al
descodificar el sistema de las relaciones sociales. Esto es lo que hace el
artista con su obra de arte: apropiarse el concepto y plasmarlo en su obra. La
vía gnoseológica para apropiárselas (aunque funciona) no es determinante. Es el
artista el que es el especialista en descosificar estos conceptos (y no el
científico o el filósofo), aunque el científico y el filósofo pueden, también,
acceder a ellas. El análisis científico filosófico de estas
categorías no interesa aquí.
El tercer aspecto de este problema fundamental (el
de la relación de la conciencia estética individual y colectiva con lo
estético, objetivamente existente) es el de la identidad o el problema de saber si entre
la determinación subjetiva de lo estético y la determinación objetiva existe
identidad, es decir saber si estas dos determinaciones son equivalentes, iguales,
coincidentes o idénticos.
Muchos autores niegan esta identidad de múltiples
maneras. Algunos declaran lo estético como incognoscible o no asequible a la
razón. Si lo estético se declara irracional, entonces no es posible la
identidad entre la forma subjetivo-consciente y lo estéticamente objetivo, pues
la forma racional (conceptual) es imprescindible para la toma de conciencia (de
forma subjetiva) en términos de identidad de lo estético. Pudiera pensarse, por
ejemplo, que el placer estético se deriva del inconsciente, que aquél (el
placer estético) es una función de los "instintos" irracionales del
hombre, ocultos en el inconsciente. Si ahora identificamos el placer estético
(la forma subjetiva individual en que toma cuerpo la "percepción" de lo estético
objetivamente existente) con la toma de conciencia de lo estético, entonces se
hace evidente que no es posible la identidad entre lo estético objetivamente
existente con la expresión subjetivo de lo estético. Según S. Freud la aceptación consciente de los
defectuosos procedimientos de lo inconsciente es un medio
para la producción del placer estético, más exactamente del placer de lo cómico
(13). Para Freud no es posible la identidad en la medida en que lo estético es
irracional. Según él buscamos extraer placer de la actividad del aparato anímico,
lo que constituye –según él- la actividad estética (14). Quiere esto decir, que
el hombre –según él- no puede formar una imagen racional de lo estético. De lo
que se trata es de saber si el hombre puede, en su consciente, formar una
imagen exacta, idéntica de lo estético objetivamente existente. Evidentemente
la forma subjetiva de lo estético y la forma objetiva son coincidentes”.
(Tomado de “Fundamentos filosóficos de estética”). Ver Bibliografía.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
http://yuryjaaman.webs.com/actividadestc2y3.htm
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